Conector para acero CTF

Fecha: 2015
Localidad: Macerata (MC)
Tipo de intervención: intervención de mejora sísmica de un instituto escolar mediante conectores para acero CTF

Mejora sísmica: ejemplo de intervención para edificio existente

La construcción de escuelas, que actualmente cuenta con nada menos que 56˙775 edificios, un 80% de los cuales se realizaron a partir de la segunda posguerra (Fuente XV informe “Ecosistema escuela”), forma parte de un patrimonio importante para cualquier país, en el sector de la construcción, que debe ser vigilado y salvaguardado.

A este respecto, el Estado italiano, con arreglo al auto del Presidente del Consejo de Ministros n. 3274 del año 2003 (la primera norma en introducir la obligación de controles sísmicos para los edificios), instituyó un Fondo de 200 millones de euros (art. 32 bis del D.L. 269/2003 convertido en L. 326/2003) a favor de controles sísmicos y primeras intervenciones con carácter de urgencia.
Con la ley n. 244 del 24 de diciembre de 2007 este Fondo fue incrementado en 20 millones de euro al año a partir del 2008 hasta el 2013 y en este espacio de tiempo se financiaron y cofinanciaron 242 intervenciones en edificios escolares, con una media de 40 al año y un coste medio por intervención de 478.000 euros (las Regiones con el número más alto de intervenciones financiadas fueron: Véneto (37), Calabria (31) y Sicilia (27)).
Posteriormente se asignaron otras financiaciones a favor de las escuelas y otras hoy están en fase de aprobación.

Entre los muchos institutos que hasta hoy han podido disfrutar de una parte de estos fondos para la mejora sísmica cabe recordar el instituto de bachillerato con especialidad en lenguas clásicas “G. Leopardi” de Macerata, un edificio que casi un siglo después de la colocación de la primera piedra, sigue desempeñando su función de utilidad pública al servicio de numerosos estudiantes, a pesar de no pocas intervenciones de mantenimiento.

La construcción, además de cumplir las exigencias militares específicas para las que inicialmente había sido concebida, tenía que representar un signo de la presencia del Régimen en la ciudad y, al mismo tiempo, constituir una de las fachadas principales de la nueva avenida de la ciudad. El ing. Biagini, a quien se le confió el proyecto, propuso una intervención ligada a los cánones arquitectónicos del siglo pasado, y no es un caso si las tecnologías utilizadas son las clásicas para la época: estructura portante vertical de muros (con excepción de la entreplanta en hormigón bastardo), escaleras y forjados con viguetas y bovedillas, cubiertas con cerchas y piso de madera; todo eso se desarrolla en cinco niveles.

Inicialmente fue construido como Cuartel “Corridoni” y posteriormente fue restaurado después de los bombardeos sufridos durante la Segunda Guerra Mundial para ser utilizado como instituto de bachillerato con especialidad en lenguas clásicas. Desde entonces se han subseguido intervenciones significativas: introducción de cadenas en las plantas después del terremoto del 1 de septiembre de 1951; sobreelevación de una planta por el considerable aumento de población registrado a finales de los años 60 y, en tiempos recientes, retiro de los enlucidos por los desprendimientos continuos y mejora estática de los muros de la entreplanta.

Entre las ultimísimas intervenciones llevadas a cabo en el año 2015, se realizaron obras destinadas a la mejora sísmica global del edificio, es decir intervenciones estudiadas para aumentar la capacidad resistente de la estructura, pero sin alcanzar los niveles de seguridad establecidos por la norma (§ 8.4.1 y C8.4.2 de la Circular 617/2009). Las normas NTC 2008 permiten utilizar estos tipos de intervenciones a condición de que (§ 8.4.1 y C8.4.1 de la Circular 617/2009):

  1. no se realicen sobreelevaciones;
  2. no se realicen ampliaciones relacionadas con la construcción existente;
  3. no se efectúen variaciones de clase y/o de uso previsto que comporten incrementos de las cargas globales superiores al 10% en las cimentaciones;
  4. no se realicen intervenciones estructurales destinadas a transformar la construcción mediante un conjunto sistemático de obras que originen una estructura diferente a la anterior.

En caso contrario, se deberán realizar intervenciones de adecuación sísmica (y no de mejora sísmica en sentido estricto), es decir intervenciones para alcanzar los niveles de seguridad establecidos por la norma. Tanto las intervenciones de mejora como de adecuación sísmica obligan a los propietarios a verificar la seguridad sísmica en todo el edificio para poder cuantificar el grado de seguridad alcanzado (a este respecto, los fondos puestos a disposición, según se ha indicado anteriormente, también están destinados a cubrir los costes soportados para estas verificaciones).

En el caso específico del instituto de bachillerato “G. Leopardi”, todos los puntos anteriores resultaban cumplidos y se consiguió la mejora sísmica mediante el endurecimiento de los forjados, intervención contemplada en el §8A.5.3 del Anexo a la Circular 617/2009 dedicado a las “Intervenciones destinadas a reducir la deformabilidad excesiva de los forjados” donde se puntualiza que: «El papel de los forjados en el comportamiento sísmico de las construcciones de albañilería es el de transferir las acciones horizontales que les corresponden a las paredes situadas en la dirección paralela al seísmo; además deben constituir una conexión para las paredes sometidas a acciones ortogonales a su plano. En cambio, la necesidad de un endurecimiento para distribuir de manera diferente la acción sísmica entre los elementos verticales no es muy frecuente. Por dichas razones, a veces es necesario un endurecimiento de los forjados, aunque limitado, del cual se deben evaluar los efectos; a esto se asocia inevitablemente un aumento de la resistencia de los elementos, que mejora la resistencia de la estructura… En caso de forjados con viguetas y bovedillas o rasillas es oportuno realizar el endurecimiento mediante una losa armada solidaria a los perfiles y conectada a los muros perimetrales».

Simultáneamente se ha conectado la nueva losa a las paredes perimetrales mediante barras de armadura selladas con resina epoxídica bicomponente (§8A.5.1 del Anexo a la Circular 617/2009: “Intervenciones destinadas a reducir la carencia de las conexiones”). Estas conexiones son necesarias para evitar la salida de las vigas, con consiguiente derrumbamiento del forjado, y permitir al mismo tiempo a los forjados ejercer una acción de transferencia de las fuerzas horizontales y de contención de las paredes.

Descripción de la intervención.

1) retiro de las pavimentaciones existentes;
2) retiro del mortero existente y descubrimiento de los perfiles metálicos IPN180 del forjado y de los elementos de ladrillo;
3) limpieza de los perfiles metálicos y los ladrillos;
4) realización de orificios previos perimetrales de 12 mm de diámetro al nivel del forjado de tipo pasante para los muros internos y no pasantes de 40 cm de profundidad para los muros perimentrales;
5) limpieza de los orificios previos con aire comprimido y posterior introducción de barras con adherencia mejorada de tipo B 450C de 10 mm de diámetro;
6) fijación de las barras con resinas epoxídicas bicomponente de altas prestaciones Tecnaria;
7) colocación de conectores de acero cincado Tecnaria CTF 12/040 (diámetro 12 mm y altura 40 mm) fijados con clavos mediante clavadora de disparo SpitP560;
8) colocación de red electrosoldada de acero con adherencia mejorada de tipo B 450 C de 6 mm de diámetro y malla 100×100 mm;
9) colada de losa de hormigón de clase C25/30 de 50 mm de espesor;
10) colocación de mortero de cemento de espesor adecuado para hacer que la cota del pavimento acabado sea la misma que tenía antes de la intervención;
11) colocación con cola de granalla que hay que alisar en el lugar, cuyo color, formato y espesor deben cumplir las indicaciones de la Dirección de Obra.